Muchas personas piensan que si se apuntan al gimnasio a pocos meses del verano van a conseguir el cuerpo que desean simplemente yendo a entrenar un par de veces a la semana. Todas estas personas se llevan una buena decepción cuando se dan cuenta de que aún yendo al gimnasio a diario de lunes a domingo durante dos meses lo único que han alcanzado son unas agujetas infernales que les impiden moverse por casa; cualquier experto en la materia del deporte podrá confirmar que los resultados de trabajar el cuerpo tardan mucho tiempo en llegar, y ese es el principal motivo por el cual muchas personas se rinden antes de darle tiempo a su organismo para que haga su trabajo.
Así que la conclusión que se puede sacar es que hay que tener mucha paciencia a la hora de apuntarse a un gimnasio con la intención de mejorar físicamente. Nunca hay que ponerse plazos, ya que es imposible determinar en qué momento empezarán a aparecer los resultados de la constancia y el esfuerzo que se le dedica al gimnasio, por lo que es mejor ir con la idea de cumplir cada día los ejercicios que toquen para dejar que el cuerpo haga su trabajo durante el resto del día.
Por lo demás, siempre viene bien contar con la ayuda de un monitor, así que no hay que tener vergüenza en plantear las preguntas que hagan falta para obtener mejores resultados en los ejercicios.
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