Como era de esperarse la Asociación del Automóvil de Portugal repudió la subida del impuesto de circulación decretada por el Gobierno socialista de António Costa, a fin de activar la recaudación.
Otro de los aspectos que busca el Ejecutivo socialista es subir los impuestos a los combustibles, el tabaco y las actividades financieras para recaudar al menos 675 millones extra, según los cálculos estimados.
Hasta siete céntimos por litro más constituirá la variación en la gasolina y el gasóleo.
El otro sector que se verá afectado es la banca por el paquete de medidas aprobado por las autoridades para satisfacer a Bruselas con varios planes financieros que buscan solventar reducción del déficit estructural.
Las entidades bancarias tendrán que tributar más. La medida contempla que se cierra la puerta a la exención del (IBI) para los fondos inmobiliarios. El Gobierno prevé aumentar un 40% los ingresos provenientes de la banca, hasta superar los 260 millones de euros.
Entre las iniciativas presentadas las empresas españolas como BBVA y Bankinter, tienen que convertirse en contribuyentes fiscales por desarrollar sus actividades aunque no dispongan de una sede allí.
Le corresponde al Consejo de Ministros aprobar el Presupuesto de 2016 que incluye estas modificaciones. Es lo que espera Bruselas para otorgar definitivamente su visto bueno al paquete de medidas.
Respaldo a medias
El ministro de Finanzas, Mário Centeno, ha tenido que moverse para no desentonar ante la comunidad europea. El trabajo ha sido doble debido a que sus aliados de la izquierda radical tampoco se montaran en un respaldo a ciegas.
El Ejecutivo socialista ha sido muy cauto de no tocar las pensiones y las ayudas sociales. Sin embargo, el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda habrían mirado en otra dirección.
Desde el gobierno aseguran que las primeras medidas servirán para que el país interrumpa el empobrecimiento y el retroceso social de la política de austeridad.