Existen distintas opciones para utilizar el dinero prestado, entre ellas:
- Préstamos y créditos bancarios
- Descubiertos en la cuenta bancaria
- Tarjetas de crédito
- Tarjetas de otros establecimientos
- Créditos rápidos
Usted debe pensar «Si utilizo cualquier de estas opciones me voy a endeudar». Pero, el decimos, que las condicones y costes son distintos para cada alternativa
Los créditos o préstamos bancarios
Para empezar, les comentamos que la palabra crédito tiene un significado genérico de:
Cantidad de dinero, o cosa equivalente, que alguien debe a una persona o entidad, y que el acreedor tiene derecho de exigir y cobrar.
Esta definición es aplicable a todas las variaciones de “dinero prestado”. Pero cuando se refiere a un producto bancario específico, tiene una definición más limitada y concreta.
Aunque es común el intercambiar los términos crédito y préstamo, la realidad es que son dos productos distintos. (Más adelante los veremos en detalles).
Descubiertos en cuenta
Se produce un descubierto cuando el gasto de dinero que hacemos es mayor a lo que hay en la cuenta bancaria, lo cual nos deja con un saldo negativo, en «rojo». Entonces este saldo negativo que tenemos pasa a ser una deuda que tenemos con el banco.
No sería raro encontrar alguna modalidad de cuenta que permita descubiertos hasta un cierto límite. Este salgo «en rojo» se considera un préstamo y lo normal sería que paguemos un interés (generalmente alto) por ello, además de una comisión de apertura de descubierto y otra de reclamación de posiciones deudoras.
Conviene saber si nuestra entidad nos permite pagar los recibos que tenemos domiciliados aunque al cargarlos en cuenta se produzca un descubierto. Algunas lo hacen, pero otras no, y en este último caso podríamos tener además problemas con los acreedores (por ejemplo nos podrían cortar la luz o el teléfono o cancelar una póliza de seguro).
Coste: El interés y otras penalizaciones que se cobran por descubiertos en cuenta no autorizados suelen ser muy altos, mucho más que el tipo de interés de un préstamo personal. Tengan en cuenta que cuanto mayor es nuestro salgo negativo, mayor será la penalización, pero es frecuente tener que pagar más de 30 euros (esto depende en realidad del país, entidad bancaria,etc.) por dejar un solo euro en números rojos durante sólo un día.
Consejo: Los descubiertos en cuenta son préstamos que salen carísimos, y a veces se producen por simples descuidos o falta de previsión. Desde Invertir YA te recomendamos evitar al mayor grado posible esta situación, llevando un control riguroso de los movimientos de sus cuentas y utilizando su presupuesto para prever gastos. Otra cuestión a tener en cuenta es en las fechas de festividades, como Navidad y Año Nuevo, por el aumento excesivo de los gastos que pueden llegar a producirse si no llevamos un control de ellos.
Tarjetas de crédito
Estas tarjetas se han convertido en parte de nuestras vidas ya que son cómodas, de fácil uso, de una gran amplia aceptación y además nos garantiza seguridad ya que no tenemos que llevar dinero en efectivo.
Veamos un ejemplo: en España existen básicamente dos modalidades de tarjetas de crédito: las tradicionales y las de cuota fija, también conocidas como tarjetas revolving . Las tarjetas de débito, que, al igual que las de crédito, también permiten pagar sin llevar dinero en efectivo, son distintas porque se descuenta de la cuenta bancaria del titular, de forma inmediata, el dinero de los pagos realizados. Es decir, no se utiliza dinero prestado.
Las tarjetas de pago aplazado son un producto similar a las tarjetas de crédito tradicionales, pero diferentes en la forma de pago. Mientras las tarjetas de crédito tradicionales cobran de una vez el importe total de las compras efectuadas (generalmente al final o principio de cada mes), las tarjetas revolving permiten el aplazamiento del pago mediante una cuota fija, como si se tratara de la amortización de un préstamo.
Es decir, se concede al titular una cantidad determinada de crédito (generalmente entre 600 y 6.000 euros, aunque en algunos casos se ofrecen hasta 30.000 euros) que puede ir utilizando a medida que lo necesite. El titular establece la cuota (a veces flexible) que quiere pagar cada mes, con independencia de la cantidad de dinero realmente utilizado. Puede volver a usar el crédito en la medida en la que se vayan pagando las cuotas.
Las tarjetas de cuota fija se conciben sobre todo para adquisiciones extraordinarias: viajes, compras navideñas, etc. La facilidad para obtener la tarjeta (normalmente se ofrece gratis y sin gastos) y la comodidad de tener un crédito permanente que sólo se tiene que pedir una vez, son grandes ventajas. Pero sin un alto grado de autodisciplina y control por parte del usuario, esta modalidad de tarjeta es potencialmente muy peligrosa.
Algo importante que debemos resaltar es que la tentación que representa poder comprar lo que queramos nos puede llevar a gastar dinero que no tenemos, y las tarjetas de cuota fija son uno de los créditos más caros que existen. La TAE, por ejemplo, puede oscilar entre el 11% y el 25%. Estos intereses tan elevados se añaden al saldo de los pagos aplazados que tenemos que afrontar. Si seguimos gastando y sólo abonamos la cuota fija mínima, la deuda crece de forma exponencial.
Normalmente, los saldos de pagos aplazados de tarjetas de crédito son las primeras deudas que deben pagarse.
Tarjetas comerciales
Muchísimos negocios, empresas, emprendimientos,etc., ofrecen sus propias tarjetas con ofertas de financiación. Algunos pueden cobrar intereses, a veces con tipos más altos que los préstamos personales. Otras tiendas permiten aplazar el pago a tres meses sin gastos adicionales y hasta a plazos mayores con intereses competitivos.
Pero recuerde, las tarjetas simplemente permiten gastar hoy los ingresos de mañana. No olvide que pagar «con plástico» ahora no significa no desembolsar el dinero en el futuro.
Créditos rápidos
Los llamados créditos rápidos son préstamos que se conceden por importes bajos (desde 500 hasta 9.000 euros) y períodos de amortización (el tiempo que tenemos para devolver el préstamo) de hasta cinco años. No suelen cobrar comisiones de apertura y se contratan en 24 ó 48 horas, prácticamente sin trámites ni papeleo.
El gran inconveniente es que la TAE no suele bajar del 20% y muchas veces, incluso, supera el 25%.
Unos simples cálculos nos muestran que por el crédito de este ejemplo pagaríamos un total de 4.158 euros; o sea, 1.158 euros más de la cantidad prestada. Esto equivale a una TAE del 21,92%, muy, muy por encima del coste de un préstamo personal tradicional.
Piense detenidamente si no le merece más la pena ahorrar los 3.000 euros y pagar en efectivo sus compras.