Cuando alguien se dispone a entrar en un domicilio o en una oficina, en muchas ocasiones, seguro que se ha preguntado cuál puede ser la utilidad del felpudo. Un detalle en el que prácticamente nunca reparamos pero que tiene utilidades muy concretas.
Hay dos que resultan muy obvias. Y es que la necesidad de acceder al emplazamiento en cuestión sin un exceso de polvo, en ocasiones algo de barro, o de humedad, provocada generalmente por la lluvia del exterior, es algo básico. De ese modo se mantiene, en la medida de los posibles, la higiene del interior.
Pero a día de hoy también existen felpudos que van más allá. Estos tapetes impresos, que suelen adquirirse en tiendas especializadas, resultan de utilidad a los que tienen alergias muy severas al polvo. De este modo se evita que ciertas sustancias se introduzcan en la casa o la oficina evitando así un episodio desagradable para la persona que padece este trastorno