Secos, nutritivos y energéticos

Además de constituir una base excelente para la elaboración de salsas, los frutos secos se consumen desde tiempo inmemorial como postre y también como aperitivo o como tentempié al natural o tostados. Antiguamente, en algunos lugares era costumbre consumirlos para merendar con una rebanada de pan. En Cataluña, el postre a base de frutos secos se denomina postre de músico, al parecer porque se consideraba adecuado para saciar a los músicos de las fiestas mayores, a los que en otro tiempo se invitaba a comer en las casas particulares.
Los frutos secos son un alimento habitual en todos los países del Mediterráneo desde tiempos muy remotos. Todavía están presentes en las comidas diarias de todos los países árabes, donde desempeñan un papel fundamental durante el
Ramadán, en el cual se sirven como parte esencial del gran ágape con que se rompe el ayuno a la caída del sol. Se pueden consumir al natural y también salados, tostados, fritos, con miel y con azúcar caramelizado, como ocurre con las almendras garrapiñadas. Evidentemente, las versiones saladas se adecuan mejor al aperitivo que a los postres.

En América, los frutos secos más extendidos son las nueces de macadamia y los cacahuetes, que también se hallan muy presentes en África. De los cacahuetes se obtiene la famosa mantequilla habitual en Estados Unidos. Menos difundidas se encuentran las frutas secas, como las pasas, los dátiles, los higos secos, los orejones o las ciruelas secas. En España, es habitual consumirlas durante las fiestas navideñas y también endulzan el mes del Ramadán en algunos países árabes. A menudo, los dátiles se consumen asimismo como aperitivo, combinados con salchichas o con beicon, y las ciruelas secas constituyen una guarnición excelente para algunos platos de carne.

Algunos frutos secos sirven de base para la elaboración de diversos productos gastronómicos: aceites (de nuez, de cacahuete), leches (de almendras, horchata de chufa), cremas (la mencionada mantequilla de cacahuete o la crema de avellanas), etc. Intervienen, además, en la elaboración de innumerables productos de repostería y confitería: pralinés, chocolates, caramelos, turrones, helados, etc.
A lo largo y ancho del mundo, el repertorio de frutos secos es inmenso. Las almendras se producen en España, el sur de Francia, Córcega, Portugal, Grecia y, en general, en toda la cuenca del Mediterráneo. Se obtienen avellanas en España, Turquía, Italia y California (Estados Unidos), entre otros lugares. Los piñones proceden de las riberas del Mediterráneo, Suiza, México, Australia y China. Las nueces se cultivan en España, Francia, Italia, Turquía y California.

Los  pistachos se obtienen en numerosos países de Asia y del este de Europa, en Turquía y en Irán. Las nueces de pecán son originarias de Estados Unidos y de Israel. Las nueces de macadamia proceden de Australia, África del Sur y Hawai. Los anacardos se obtienen en diversos países de América del Sur, Asia, África y Oceanía. La nuez de ginkgo es oriunda de Japón. El cacahuete se cultiva en China, India y en diversos países de África y América del Sur.

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