Adicional a un buen pasatiempo, la crianza de abejas melíferas puede ser una actividad gratificante a nivel económico, pues una sola colmena supone cantidad suficiente de productos de apicultura (miel) como para vender; sin embargo, puede resultar intimidante llenar de estos insectos el jardín, cuando en realidad – y lejos de lo que se piensa – son bastante dóciles siempre que se traten adecuadamente ¿Cómo? continúese leyendo para conocer la respuesta.
¿Cómo criar abejas en el jardín?
Los avances de la apicultura moderna facilita el proceso de criar abejas, siendo más cómodo y menos invasivo para los insectos; todo comienza con la instalación de la colmena, pues si bien ellas puede construirla en cualquier lugar, por lo general no resisten la extracción de la miel, demandando confeccionar una para el objetivo.
Algunas opciones son las colmenas Langstroth y las Top Bar; las primeras – más comunes – se caracterizan por marcos movibles retirables sin afectar a las abejas, mientras que las segundas son ideales para quienes no pueden agacharse demasiado, al ser menos profundas y ubicarse a mayor altura.
¿Cuál es el mejor lugar para ubicar las colmenas?
La determinación del lugar indicado para colocar la colmena está sujeta a ciertos factores que van desde asegurarse que nadie en casa sea alérgico a la picadura de los insectos, hasta las normas de zonificación locales respecto a colonias de abejas. Acto seguido, conseguir un soporte que le permita una disposición elevada del suelo y adquirir el equipo de apicultura adecuado con el que protegerse.
Siguiente paso: conseguir las abejas:
Teniendo la colmena y el equipo protector listo, es tiempo de atrapar un enjambre silvestre, por lo general, se consiguen colgando de ramas durante la primavera; el problema es que pese a ser dóciles, la alternativa supone riesgo. De ahí lo conveniente de invertir en una colmena establecida y adquirirla directamente de un apicultor local.
Tercer paso: llevar las abejas a su nuevo hogar:
Suponiendo que se apostara por comprar las abejas, el empaque tiende a estar dotado de las instrucciones detalladas, siendo común que la reina esté empaquetada por separado, de ahí que habrá que volcar la caja llena de abejas sobre la misma.
Como no hay colmena que defender, las abejas estarán desorientadas, de ahí que rara vez intentarán picar. Listo, se tendrá preparada la colmena con sus respectivos habitantes para que comiencen a desarrollar la población. El proceso tarda alrededor de un año, requiriendo otro más para empezar a producir miel.