Siempre es momento de regalar juguetes, sobre todo cuando tenemos niños, ya que siempre están invitados a un sin fin de cumpleaños, comuniones y otras festividades, propias o ajenas. Lo que ocurre es que muchas veces pensamos que un juguete es un regalo muy superficial del que los niños no van a sacar provecho o solemos pensar también que ya tienen tantos juguetes, que no van a utilizar el que nosotros regalemos.
Por otra parte, es interesante hacer notar que hay muchos tipos de juguetes, tantos como personalidades podemos discriminar. Ahora bien, regalar juguetes didácticos es una oportunidad para enseñar a nuestros niños a jugar aprendiendo. Esta es una de las actividades más productivas que podemos hacer con nuestros niños, ya que a edades tempranas son auténticas esponjas que absorben todo cuanto aprenden, siendo el caso que, llegados a una edad, no están dispuestos de la misma manera. Por este motivo es muy importante que desde el inicio del andar intelectual de nuestros niños, reforcemos su interés por aprender; y qué mejor manera podemos encontrar que aprender jugando, es decir, con juguetes didácticos.
Además, a medida que los niños vayan perfilando sus intereses (que por otra parte son muy cambiantes hasta bien superada la adolescencia) guiados por nosotros, podemos vincular esos intereses a los diferentes juguetes didácticos, pues podemos encontrar juguetes para la inquietud hacia la física, la química, la geología, la electricidad, la mecánica, la botánica, las energías renovables, construcciones, robótica, óptica… ¡y un larguísimo etcétera! Además, los juguetes didácticos se presentan en formatos muy variados; puede tratarse de un cohete, de un barco terrestre a construir y que se moverá con el viento, de un teléfono espía con el que los niños podrán aprender de qué manera viaja el sonido, de los clásicos puzles, de un kit para elaborar un espectáculo de magia utilizando sencillas claves científicas… puede ser un juguete didáctico para aprender código morse y hablar con los amigos en clave secreta, la construcción de un praxinoscopio, ¡y muchos más formatos!
Se podría decir que los niños no quieren este tipo de juguetes, que hoy en día a edades muy tempranas ya conocen los juegos vinculados a las nuevas tecnologías y que, para tenerlos contentos, es mejor comprarles la consola o el teléfono móvil. Estoy de acuerdo pero tan solo en parte: es evidente que si no reforzamos el interés natural hacia el mundo que todos los niños tienen cuando son muy pequeños a través de juegos, actividades y juguetes didácticos, cuando lleguen a la pre-pubertad, al no estar acostumbrados a divertirse aprendiendo ciencia, por ejemplo, querrán que les compremos los juegos y juguetes de moda. Sin embargo, pienso que si los padres y madres retomamos el control de la educación de nuestros hijos con la ayuda de los juguetes didácticos, en vez de dejar el control a grandes multinacionales y su publicidad, que no hacen más que comerles la cabeza a nuestros hijos y apartarnos a nosotros de su proceso educativo.
Pienso, en definitiva, que tenemos que recuperar parte de lo que nosotros vivimos de pequeños y compartir tiempo y experiencias con nuestros hijos; y no se me ocurre mejor manera, sobre todo para el invierno, que haciendo gala de juguetes didácticos.