Los aspectos insólitos de San Francisco

Cada ciudad es única en este mundo y siempre habrá algunos elementos que le permitan diferenciarse de las demás, y en San Francisco, existen muchas peculiaridades bastante insólitas que no se encuentran en ningún otro lugar y que son interesantes y divertidas de conocer.

Los bomberos y la sirena de una ambulancia son una de ellas, a más de uno les sorprenderá el ruido infernal de las sirenas de los vehículos de emergencias como los bomberos y las ambulancias. Sin exagerar, se puede perfectamente oír a 1 km de distancia. Regularmente en la ciudad, se ven a los bomberos pasar con vehículos para  grandes incendios. La frecuencia de los desplazamientos de estos camiones son numerosos y el ruido que emiten se vuelve muy de prisa una molestia. 

Nada de alcohol en las calles, esa es otra cosa insólita de San Francisco como en otras partes de California, está prohibido tomar bebidas alcohólicas en la calle sin arriesgarse a una multa. Al ver la cantidad de gente rara que esta borracha por la noche, es probablemente una buena ley. Cuando la policía detecta a alguien que no anda recto sujetando una botella o una lata, se puede ver que el agente se abalanza sobre él con la esperanza de ponerle una multa.

En muchos restaurantes en el Barrio Chino ocurre otro hecho inusual, no hay menú en inglés. El menú es casi siempre incomprensible. Para seguir en tema de comida, cabe mencionar las porciones de pizza que son enormes, en España, es realmente poco probable comer solo un trozo de pizza sin tener hambre después, y es mejor tomar una pizza completa. Aquí, la mayoría de los turistas, se pueden conformar con una buena porción de pizza de $ 4 y una bebida.

Las motos ultra ruidosas son otra cosa sorprendente, es muy raro ver a una que no haga ruido en San Francisco. La mayoría de ellas emiten un ruido ensordecedor que hace temblar todo a su paso.
Algunas multas para los coches estacionadas son bastante insólitas en San Francisco como las que reciben muchos porque no están aparcadas con las ruedas giradas hacia la acera, lo que es obligatorio debido a las pendientes de las calles que rodean la ciudad.