Una de las cosas por las que los madrileños pueden presumir orgullosos de sus restaurantes son las tapas. Prácticamente en todos los restaurantes de la capital uno puede disfrutar de alguna bebida con el acompañamiento de una pequeña tapa cuyo contenido puede variar en función del establecimiento al que se haya acudido. Lo que está claro es que los restaurantes con tapas en Madrid ofrecen la posibilidad de disfrutar de una curiosa gastronomía pagando solamente el precio de la bebida que se haya pedido, lo que facilita la degustación de alimentos muy variados en poco tiempo y sin necesidad de visitar muchos restaurantes.
El precio de una tapa normal y corriente es el de la propia bebida, lo que viene a indicar que por unos tres o cuatro euros se puede probar todo tipo de tapas variadas con productos clásicos y conocidos por Madrid. Entre los grandes clásicos del tapeo madrileño está el bacalao frito, el lacón con queso fundido sobre un trozo de pan, una ración de tortilla, croquetas rellenas de jamón, morcilla con membrillo… como se puede apreciar, se trata de una variedad espectacular de comidas que se pueden disfrutar en cantidades pequeñas hasta encontrar el alimento que más termine por gustar para así pedirlo ya en forma de menú.
Y es que, especialmente para los turistas, las tapas son una opción perfecta para decidirse por alguna comida típica madrileña antes de encargarla desde el menú. Con probar un par de tapas es suficiente para abrir el apetito y para decidir qué alimento es el mejor para la comida o cena que se va a realizar en el restaurante. Sin lugar a dudas, una experiencia inolvidable que hay que probar sí o sí al emprender un viaje por la capital.