Tú a diario caminas muchos kilómetros por todos los rincones de la empresa al igual que tu casa, y por supuesto esto lo haces utilizando el calzado adecuado que te brinde la oportunidad de sentirte cómodo y protegido de cualquier obstáculo o material que se encuentre en el suelo y pueda causarte algún tipo de daño.
Pues esta es la misma filosofía que debes utilizar en tu automóvil, los vehículos deben tener los neumáticos adecuados y sobretodo que estén en buen estado, recuerda que este es el principal componente que hace contacto con el asfalto de las carreteras y es de vital importancia para tu protección y la de otros conductores o peatones que circulan por el lugar.
En la mayoría de países los automovilistas cambian sus neumáticos aproximadamente a los dos años y medio, equivalente a unos 43,000 o 44,000 kilómetros recorridos, aunque esto dependerá en un gran porcentaje de la calidad de carreteras en las que se circule así como del mantenimiento que se le dé al vehículo.
Pero cualquiera que sea las condiciones de la carretera, un buen conductor siempre estará pendiente de que sus neumáticos cumplan con los requerimientos mínimos indispensables para que su vehículo circule con normalidad y que proporcione la seguridad tanto a sus acompañantes como a él mismo de que no habrá ningún problema durante el recorrido, evitando de esta forma cualquier tipo de inconvenientes o accidentes que lamentar.
Los neumáticos son un componente fundamental del automóvil porque son los que garantizan el agarre al suelo y por lo tanto son necesarios para la seguridad. En España, más de 300 de los accidentes de coche que tienen lugar en un año se producen a causa de un mal estado de los neumáticos. Además, aunque hayan estado en desuso, se produce un envejecimiento que los reseca y disminuye su flexibilidad. Cuando esto sucede, es probable que el neumático no dé la misma estabilidad.
Los neumaticos se dividen en tres tipos: suave, mixto, y duro. Por este orden, el primero es el que garantiza más afianzamiento, pero cuanto más dureza, más durabilidad. Esta diocotomía hace difícil elegir uno de los tres tipos, pero es importante anteponer la seguridad a cualquier otro criterio, de manera que los primeros son probablemente la mejor elección.