Hoy los vemos como algo cotidiano, una parte inseparable de la sociedad civil, pero la historia de los centros comerciales modernos es bastante más antigua de lo que en un principio puede parecer, ya que la primera de estas instalaciones comerciales de gran tamaño de la que se puede considerar como centro comercial data del siglo XV con la presencia de los grandes zocos y bazares de Oriente Medio, algunos de los cuales todavía no solo se conservan sino que se siguen utilizando para el fin para el que fueron instalados.
Centros comerciales hay muchos, y algunos de ellos incluso están especializados en determinadas actividades, por lo que algunas veces podemos visitar centros que parecen tratarse más de parques temáticos al centrarse en un único producto o familia de productos.
Los centros comerciales familiares se han convertido en los lugares de ocio predilectos por los ciudadanos para pasar una tarde de fin de semana, por lo que cada vez son más los vecinos de lugares en los que no hay ninguno cerca que reclaman disponer de alguna de estas instalaciones para no tener que realizar largos desplazamientos.
Hoy, algunos de estos centros no están orientados solamente a las compras y ofrecen también otro tipo de establecimientos como pueden ser cafeterías y restaurantes, cines y teatros o incluso pistas deportivas en las que nos podemos encontrar con la posibilidad de conducir un pequeño vehículo por un circuito hasta esquiar en pleno verano pasando por otras muchas actividades.