Con la escasez del agua y el mantenimiento que precisan los campos de golf naturales, en estos tiempos de crisis, se han convertido en un gasto exorbitante para muchas empresas, muchos campos de golf están recurriendo a pastos artificiales en lugar del natural. Una alternativa de bajo mantenimiento para los propietarios, el césped artificial no requiere de riego y mantiene un aspecto impecable durante todo el año sin perder ese verde que atrae a los clientes. Además, el césped artificial es más ecológico y amigable con el medio ambiente que los céspedes naturales, ya que no afecta a la calidad del juego.
Cuando el césped sintético se inventó por primera vez, no le fue bien en los campos de golf ya la primera generación era mucho menos resistente, ya que no se había incorporado la protección UV, pero gracias a los nuevos avances en la tecnología de césped sintético, ahora hay pastos sintéticos que se asemejan mucho y actúan como el césped natural, sin los altos costes de mantenimiento. Además esta nueva generación resulta muy duradera y resistente a los diferentes climas y temperaturas, proporcionando una superficie idónea para el juego los 365 días del año.
El césped sintético contiene tubos de drenaje en el material de su base y el relleno facilita esta labor, evitando la aparición de charcos y el deterioro del mismo.
Además gracias a los avances en instalación este puede recoger el agua de la lluvia y canalizarla hacia los estanques para ahorrar en agua. Es verdad que en comparación con las semillas de césped este material artificial resulta más caro, pero no se deje engañar por el precio, ya que la inversión se rentabiliza en apenas unos años y el ahorro en mantenimiento y cuidados es abrumadora, de hecho es uno de los factores que más influye a la hora de adquirir esta clase de producto. Ya sea para uso deportivo o en los hogares de cada uno.