Uno de los principales problemas que se presentan al tener un bebé, es el cómo llevar la cantidad de cosas necesarias durante una salida sin que esto sea una fuente de incomodidad. Para solucionar este problema, se inventó el coche para niños, que además buscaba liberar del yugo de cargar en brazos al nené.
Sin embargo, con esta solución surgió un nuevo problema: los coches eran tan pesados y aparatosos que resultaba dificultoso maniobrarlos, en especial por espacios pequeños y escaleras. Por otro lado, cuando el bebé no estaba dentro del coche, este se convertía en un estorbo y una carga adicional con la que se tenía que andar.
Compacto y liviano
Para darle solución a este problema, se llegó a la creación de un coche que pudiese doblarse sobre sí mismo tal cual lo hace un paraguas, y de esta manera este ocupaba el menor espacio posible al momento de no estar utilizándolo. El siguiente acertijo fue cómo hacerlo menos pesado: al utilizar materiales livianos como el aluminio reforzado para su estructura, se disminuyó considerablemente su peso.
Ventajas
El coche paraguas tiene la capacidad doblarse sobre sí mismo lo que lo hace el modelo más fácil de llevar consigo a la hora de estar en lugares donde la cantidad de personas limite su utilización. Este atributo, también es bastante útil para aquellos padres que sean usuarios regulares de transporte público, puesto que pueden abrir y cerrar el coche sin esforzarse mucho. Además por ser de menor tamaño que los coches regulares, poseen una maniobrabilidad mucho mayor que estos.
Desventajas
Su estructura está hecha para doblarse sobre sí mismo, lo que limita su capacidad para reclinar el asiento, por lo que se recomienda su uso cuando ya el bebé tenga el desarrollo suficiente pasa sostener su espalda de manera firme.
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