Si bien la instalación de los tapetes siempre es la misma, normalmente lo dejamos en donde queremos que se ubique el tapete y ya este puede cumplir perfectamente su función, con los tapetes antifatiga hay que seguir unas pocas, pero necesarias, directrices. No podemos ubicar los tapetes en sitios cerrados, es decir, tiene que haber un margen en cada lado del tapete, para que este pueda expandirse a la hora de repartir el peso. La superficie en la que se utiliza el tapete debe ser completamente lisa, ya que si no es lisa, lo más probable es que no cumpla correctamente con su función. La instalación en sí sigue siendo la misma que con cualquier otro tapete o alfombra, aunque si hay que tener en cuenta lo antes dicho, si se quiere, también se puede adherir el tapete al suelo, aunque hay que poner muy poco adherente y esparcirlo bien para no sujetar el tapete con extremada fuerza ya que podría romperse, además de no cumplir con su función de antifatiga.