La madera es uno de los materiales más apreciados por todo el mundo al momento de definir un estilo de decoración. Una casa con suelos de madera resulta acogedora, y toda habitación que tiene este tipo de pisos resalta por poseer un ambiente especial. No por nada sigue siendo uno de los pisos favoritos para la mayoría de personas, trascendiendo los países, el tiempo y las culturas.
No importa qué tipo de suelo sea, mientras el material sea madera, siempre compartirán propiedades inherentes que jugarán un papel esencial al momento de llevar a cabo el mantenimiento. Del mismo modo, es muy importante tomar en cuenta, que cada tipo de madera varía la una de la otra en ciertos aspectos, pero estos principalmente están referidos a qué tipo de productos para lustrar o barnizar la superficie se piensan emplear.
Una de las características que tienen los suelos de madera y las personas no toman en cuenta, es la porosidad. Este tipo de material es poroso, por lo que absorbe agua fácilmente, esto produce humedad, que con el tiempo termina formando moho. A causa de esto pueden aparecer malos olores y, a su vez, la apariencia de su piso se verá afectada gravemente.
Otra propiedad de la madera es que es aislante. Diminutas cámaras distribuidas por millares están ubicadas en su estructura, cada una de ellas tiene la cualidad de contener aire, de esa forma, se puede llegar a retener grandes cantidades de calor. Por eso, es recomendable que la luz del sol no le caiga directamente, el piso se puede llegar a deformar y tampoco resulta nada agradable caminar por un piso caliente; más aún si nos gusta andar cómodamente descalzos por nuestra casa.
Es importante tener en cuenta que como la madera es un material natural es inevitable que envejezca, a razón de esto habrá una pérdida de color y brillo. Para remediar esto se debe lijar y barnizar el piso cada cierto tiempo.