Hace unos treinta años, todas las casas tenían pisos de hule en sus suelos, aprovechando la versatilidad y la dureza de este material. Sin embargo, con la llegada de nuevos materiales como la plaqueta o las placas de moqueta, este tipo de suelos empezó a caer en desuso y su precio se disparó por la falta de demanda.
Se empezó a generalizar la instalación de suelos de gres, principalmente para cocinas y baños, y de moqueta en habitaciones y comedores aprovechando el hecho de que suelen dar una calidez y una sensación de confort que el hule dejó de hacer sentir movido sobre todo por los dibujos con los que se estampaban.
Sin embargo parece que la tendencia se invierte y con la llegada de nuevos diseños y materiales, los pisos de hule han empezado a reconquistar el terreno que parecía haber perdido hace algunos años y se encuentra en un proceso de reincorporación a los suelos de muchos hogares.