Es común que las personas piensen que la tarima flotante es un material, igual al parquet, de madera, y con una similar forma de instalación. La realidad es que se refiere a un tipo de sistema de instalación que se empezó a hacer popular durante los años sesenta. Y aunque puede tener como material la madera, también puede estar hecha íntegramente de materiales sintéticos. A continuación veremos las múltiples ventajas que ofrece este sistema.
La tarima flotante funciona como si fuere un rompecabezas, cada pieza va a unida a la otra, encajando perfectamente, y creando, una vez estén todas juntas, un piso uniforme. No hay necesidad de clavar, usar pegamentos, u otros productos con objetivo similar. Y he aquí la principal ventaja de la tarima flotante, ya que ofrece un modo de instalación rápida y es accesible por no tener que gastar en materiales adicionales. Lo que mantiene a cada pieza en su lugar son principios producto de su estructura individual y la forma de instalación. A pesar de que las planchas suelen tener poco peso, todo el conjunto puede llegar a pesar cientos de kilos, además que al momento de encajar a presión las piezas, éstas no se podrán despegar. Sumado a todo esto se encuentra el hecho de que en la parte inferior de cada plancha, el área que entra en contacto con el piso, suele tener un recubrimiento de espuma o corcho, esto generará fricción y evitará que se muevan de alguna forma.
Más allá de su fácil instalación, y bajo costo, lo que atrae a muchos es la gran variedad de diseños que ofrecen las tarimas flotantes. Ya que dentro de los acabados de madera que ofrece, existe una gran variedad de colores y texturas, que seguramente se acoplarán al estilo que usted desee darle a su hogar.