Los tapetes personalizados siempre han estado reservados para las clases sociales más altas, por no decir exclusivamente para los empresarios que se podían permitir contratar a un diseñador que se encargaba de realizar un boceto del tapete que después se mandaba a una fábrica y, tras semanas de espera, finalmente el empresario recibía el tapete terminado para poder lucirlo en la entrada de su negocio para así impresionar a la gente y conseguir clientes que en otro caso no se hubieran fijado en su local.
A día de hoy cualquiera puede tener en su casa un tapete personalizado en menos de 48 horas desde que se confirma el pedido. Lejos de necesitar un diseñador o incluso conocimientos de moda, cualquier persona puede atreverse a diseñar su propio tapete con completa libertad y con la seguridad de que tiene detrás a un equipo de profesionales que se encargan de aconsejar a los clientes que entran en la tienda online de tapetes en busca de un felpudo para su vivienda o para su negocio. Este equipo de soporte está disponible tanto vía e-mail como vía telefónica, pudiendo recibir soporte completamente gratuito mientras uno configura su tapete siguiendo las instrucciones de los profesionales
Y es que, queridos lectores, así es el mundo de las nuevas tecnologías. Un ordenador con una conexión a Internet abre un abanico infinito de posibilidades de personalización de cualquier objeto cotidiano.