La infiltración más grave de las computadoras militares de Estados Unidos fue causada por una memoria USB insertada en un ordenador portátil en el Oriente Medio en 2008, según el subsecretario de Defensa, William Lynn.
En un artículo que publica en la revista Foreign Affairs, el alto cargo del Pentágono señala que un «código malicioso, colocado en el ordenador por una agencia de inteligencia extranjera descargó su programa en una red administrada por el Mando Central militar de EE UU».
El Mando Central, que tiene su sede en Tampa (Florida), supervisa las
operaciones militares desde el Mar Rojo al Golfo y el sur de Asia hasta
Pakistán. La intrusión se hizo usando un pendrive o «memoria flash» insertada en un ordenador portátil. «Ese código se propagó, sin que fuera detectado,
en sistemas que manejan material secreto y no secreto y estableció un
acceso desde el cual se pudo transferir información a servidores bajo
control extranjero», escribió Lynn.
El funcionario describió la
infiltración como «la peor pesadilla de un administrador de red: un
programa que opera en silencio y se dedica a entregar los planes de
operaciones a un adversario desconocido».
Según el artículo, las
15.000 redes y los 7 millones de ordenadores, discos de memoria y
servidores del Pentágono reciben cada día miles de ataques, y a
diferencia de lo que ocurría durante la Guerra Fría, en el presente es difícil la identificación del atacante. En
su artículo Lynn da nuevos detalles acerca de la estrategia cibernética
del Pentágono incluido el desarrollo de nuevos métodos para descubrir a
los intrusos en la red.
El artículo de Lynn es el primero que
divulga, oficialmente, detalles sobre el incidente en 2008. Ya en ese
año un artículo del diario Los Angeles Times, que citaba a funcionarios del Pentágono no identificados, indicó que el ataque podría haberse originado en Rusia.
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