Tipos de bombas de calor

Tipos de bombas de calor

A pesar de su nombre, las bombas de calor hacen mucho más que calentar. También proporcionan aire acondicionado y control de humedad. Durante la temporada de calefacción, una bomba de calor transfiere el calor del exterior fresco a su hogar; luego, durante la temporada de enfriamiento, transfiere el calor de su hogar a exteriores cálidos. Las bombas de calor mueven el calor en lugar de producirlo, por lo que pueden calentar y enfriar a una fracción del costo de otros sistemas, como calderas y aires acondicionados centrales.

Tipos de bombas de calor.

Hay 2 tipos principales de bombas de calor: fuente de aire, ventilación sin conductos y energía geotérmica. Todos los sistemas de bomba de calor deben ser instalados por un técnico profesional de calefacción y refrigeración que pueda determinar el tamaño correcto y el producto adecuado para su hogar y clima.

Bombas de calor aerotérmicas

Los sistemas de fuente de aire son las bombas de calor más comúnmente instaladas. Se componen de dos partes: una unidad interior (unidad de tratamiento de aire) y una unidad exterior (bomba de calor). Un refrigerante, que circula entre las dos unidades a través de tubos, absorbe y libera calor a medida que avanza y retrocede.
Las nuevas bombas de calor de aire pueden reducir sus costos de calefacción en aproximadamente un 50% en comparación con los hornos eléctricos y los calentadores de zócalo. También deshumidifican mejor que los aires acondicionados centrales estándar, por lo que su hogar estará más cómodo en los meses más calurosos y pesados.

Bombas de calor geotérmicas

Las bombas de calor geotérmicas (también conocidas como fuentes de tierra y agua) transportan el calor a través de una serie de tuberías enterradas vertical u horizontalmente en bucles exteriores. Las tuberías contienen una solución de agua, que se calienta por la temperatura constante de 50 a 60 grados F desde el suelo, estanque o pozo, y que circula dentro y fuera de su casa.
Las bombas de calor geotérmicas, que también controlan la humedad, pueden reducir el consumo de energía de su hogar en un 25 a 50% en comparación con un sistema convencional de calefacción y refrigeración. Además, son silenciosos, duraderos (las unidades interiores duran aproximadamente 25 años y se repiten alrededor de 50 años), requieren poco mantenimiento y son efectivos en climas extremos.