Las vacaciones son el tiempo determinado para producir solaz y esparcimiento, lo cual es necesario para calmar el estrés y el cansancio que se acumulan durante todo un año de trabajo y quehaceres domésticos. Eliminar las vacaciones atenta contra nuestra salud mental. Este detrimento se nota al sernos más dificil desempeñarnos bien. Nos vamos sintiendo más nerviosos y tensos. Es posible incluso desarrollar depresiones.
Si dejamos que la frustración se acumule y no encontramos una manera de drenarla (pista: unas buenas y reparadoras vacaciones), pronto empezaremos a adoptar conductas sustitutivas a la gratificación. No nos extrañe que empecemos a comer más de la cuenta, por ejemplo.
Aunque es imposible tapar el sol con un dedo y los bolsillos vacíos son bolsillos vacíos, tomar vacaciones y descansar es algo que se puede hacer en lugares de costo moderados; aún en nuestra misma ciudad. Recordemos que tomar vacaciones es indispensable para funcionar con energías renovadas en el nuevo año.
Pero a veces, tomarse el tiempo no es suficiente. En la actualidad, muchas personas son casi adictos a sus vidas rápidas y estresantes que no saben como relajarse.
No está de más tomar medidas para que las vacaciones inicien bien. Lo más recomendable es romper con todo lo que le liga a la rutina diaria, como teléfono, reloj, computadores e internet, etc. Además, idealmente, no deberíamos dejar trabajos pendientes que nos recuerden a cada rato lo que nos espera al regresar.