Hay muchas formas de poner precio a tu trabajo: por horas, por proyecto, revisando las tarifas según la dificultad o la urgencia de la entrega, ajustando el precio para enganchar a un nuevo cliente, etc. Hacer públicos mis precios y tarifas tiene ventajas e inconvenientes. Te damos algunos consejos con lo que puedes hacer.
Elijas la forma que elijas para poner precio a tu trabajo, todavía debes responder a una pregunta importante:
¿Te conviene hacer públicas tus tarifas?
Hoy vamos a analizar las ventajas y desventajas de hacerlo.
Ventajas
Reduces las posibilidades de regateo. Si pones un precio a tu trabajo y lo haces público, dejas muchas menos opciones al cliente, o potencial cliente, para intentar obtener rebajas y descuentos. Es un poco como en las tiendas que tienen el precio puesto en el escaparate: cuesta lo que cuesta, y normalmente no hay espacio para el regateo.
Te quitas de encima a mucha gente que, en realidad, no va contratar tus servicios. Muchos clientes potenciales piden presupuestos para obtener información -para saber más o menos cuánto costaría realizar un trabajo- pero en realidad no tienen intención de contar con tus servicios.
Lo malo es que proporcionarles la información que buscan requiere mucho tiempo y esfuerzo. Si haces públicas tus tarifas, te librarás de estos “falsos” clientes potenciales.
Los clientes tienen claro de qué estamos hablando. Seguro que muchas veces, cuando has mostrado un presupuesto a un posible cliente, éste ha puesto los ojos en blanco al ver el precio… Es normal. No tenía ninguna referencia. No tenía ni idea de cuánto costaba el trabajo.
El hecho es que suele ser un momento embarazoso tanto para ti como para el cliente. Y además, lo más probable es que después del esfuerzo realizado para realizar el presupuesto, el cliente huya despavorido.
Si haces públicas tus tarifas, os podéis ahorrar ese momento. Porque el cliente tendrá una idea mucho más aproximada de los costes reales del proyecto. Eso significa que si el cliente ha pedido ese presupuesto es porque está realmente interesado, y no te va a hacer perder el tiempo.
Desventajas
Menos flexibilidad. Si publicas tus precios, está claro que tus clientes esperarán que los cumplas. Si, por la razón que sea, el proyecto requiere un esfuerzo que se sale de lo normal, tendrás que ser capaz de explicárselo al cliente para justificar la revisión de tus tarifas.
Barato, barato. A menudo, los profesionales que publican sus tarifas lo hacen porque tienen precios competitivos. Saben que están por debajo de mercado, y que con ese “señuelo” conseguirán atraer clientes. Pero lo cierto es que no te interesa posicionarte como un freelance “barato”. Para empezar, porque en ese segmento la competencia es despiadada y el margen de beneficio muy limitado; y porque un precio muy bajo suele ir asociado -a veces con razón- a un trabajo de baja calidad.
Cada proyecto es diferente. Suena a tópico, pero suele ser cierto. Cada proyecto tiene un nivel de exigencia distinto, y una tarifa fija es una herramienta poco adecuada para adaptarse a las necesidades específicas de cada trabajo.
Un camino intermedio: tarifas base
Hacer públicas tus tarifas base. Si no quieres comprometerte con una tarifa fija pero necesitas librarte de aquellos clientes potenciales que van pidiendo presupuesto a la caza del precio más bajo, puedes hacer públicas tus tarifas recalcando que se trata de tarifas-base, una referencia que luego habrá que ajustar dependiendo de las exigencias específicas del proyecto.
Esto te permitirá proporcionar una referencia a tus posibles clientes, ahuyentando a los “subasteros”, sin comprometer gravemente tu flexibilidad a la hora de ajustar el precio.
Enviar tus tarifas solo cuando las soliciten. Otra opción todavía menos comprometedora consiste en hacer llegar tus tarifas exclusivamente a aquellos clientes potenciales que se interesen por tus servicios, normalmente por correo electrónico.
Cuanto más detalladas, más sensación de profesionalidad. Por muy especializada que sea tu área de actividad profesional, siempre es posible desglosar las diferentes tareas que realizas. En muchas ocasiones, estas tareas pueden ir asociadas a diferentes tarifas. El efecto de esta hoja detallada de tareas y tarifas suele ser muy positivo en el cliente.
¿Por qué? Es muy sencillo: si presentas un presupuesto con una tarifa y una simple cantidad total, parece que la información ha salido de la nada, que la has pensado en 5 minutos. En cambio, si detallas las tareas, el cliente percibirá que conoces bien tu trabajo, que eres un profesional serio y que te has tomado la molestia de elaborar un presupuesto ajustado a la realidad.
Y tú, ¿cómo gestionas tus presupuestos y tus tarifas?