Valores Santander
En el año 2007 el Banco Santander logró 7.000 millones de euros tras la comercialización de bonos, que obligatoriamente se convertían en acciones, que fueron denominados como Valores Santander. Estos bonos fueron anunciados con un 7.5% de rentabilidad en el primer año, por lo que fueron atraídos una gran cantidad de inversores que no se dispusieron a averiguar más acerca de la inversión.
La gran cantidad de inversores que accedieron a los Valores Santander consideraban estar depositando ahorros de forma segura, además de la gran rentabilidad que se había ofrecido. Sin embargo, se trataba de una compra de acciones del propio banco, pues al vencerse el plazo obligatoriamente debían convertirse en acciones.
Tras lo establecido, los clientes estarían asumiendo los riesgos de la Bolsa, sin poder vender las acciones en algún momento determinado.
Al acceder a los bonos, los clientes se enfrentaron a riesgos para los que no estaban preparados. Además del riesgo básico de las condiciones del mercado, donde podían existir perdidas si los títulos cotizaban por debajo del valor nominal, existían riesgos de intereses y posibles insolvencias de parte del emisor.
Para que una entidad bancaria lleve a cabo este tipo de transacciones se deben realizar estudios de cada cliente y entregar información detallada, situación que no ocurrió en ningún momento, lo que generó varias multas y llevó a proceso muchas personas que se hicieron con éste tipo de bonos.
El vencimiento de los Valores Santander ocurrió en octubre de 2012, tras el vencimiento del bono y su conversión en acciones, las perdidas eran irremediables.
Debido a que no se realizó un proceso transparente donde el cliente conociera los riesgos o el banco estudiara el potencial de cada persona interesada en los bonos, se podía iniciar un proceso judicial de demanda civil por nulidad contractual. En el año actual, aún existen numerosos procesos judiciales abiertos por estos casos.