La luz como aliado de los entornos acogedores

 
Uno de los elementos más importantes en la decoración de ambientes es la luz que se encarga de dar cierto sentido a los elementos decorativos y al concepto en general.
La iluminación más valorada es la natural, pues es la que permite lograr resultados más acogedores.
No obstante, resulta en un inconveniente si el lugar que necesita decorarse tiene muy pocas entradas de luz y ésta parece no poder utilizarse.
En este caso, lo primero que debemos hacer es aprovechar al máximo las pocas fuentes de luz que estén disponibles.
Conviene prescindir de elementos como cortinas o acudir a aquellas que son muy livianas y de colores claros.
También nos veremos obligados a reubicar los muebles en caso de impidan el paso de la luz. Un consejo es colocar elementos como el televisor y los multimuebles en lugares frente a la entrada de luz.
Lo segundo es acudir a diseños minimalistas. De esta manera tendremos menos elementos que absorban la luz y así se percibirá una mayor luminosidad en la habitación.
Debemos lograr un equilibrio entre el minimalismo y la iluminación. Que esto no te lleve a dejar la habitación medio vacía.

Lo tercero son los colores. Aquí son imprescindibles el blanco y los colores claros pues cuanto más oscuros mayor luz se pierde en ellos así que esto da un punto de partida.
Los muebles pueden ser de madera, siempre y cuando sea madera clara ya que la madera oscura tiende eliminar la luminosidad.
Los espejos son uno de los aliados más importantes ya que permiten conservar la luz en el salón a la vez que hacen una excelente contribución al minimalismo y al concepto de amplitud que se percibe.
Lo ideal es que estén ubicados cerca de las ventanas. Si es estrictamente necesario, el último recurso es acudir a la luz artificial para compensar la deficiencia de la natural y poder lograr los objetivos buscados. La motivación siempre tiene que ser la comodidad, así que acude a cualquier cosa que necesites para ello.