Una de las herramientas para la gestión de las finanzas en la actividad empresarial es la planificación y el control presupuestario. La elaboración del presupuesto y el control de su cumplimiento y desviaciones ayudan a fijar los objetivos económicos y vigilar que las acciones sean las adecuadas.
El presupuesto obliga a fijar los objetivos y asignar los recursos que dispone la organización para alcanzarlos. Disponiendo de los datos de ejercicios anteriores, el proceso de elaboración del presupuesto se opte por seguir la misma línea o se decida cambiar el rumbo de la organización.
Una vez que el presupuesto se fija y empieza a aplicarse, se debe proceder al control y verificar los resultados para detectar en qué grado se van cumpliendo las expectativas. Para ello debemos tener clara la información y analizar esos controles y cada cuánto tiempo debemos aplicarlos.
Otro aspecto importante son las actividades relevantes para alcanzar esos objetivos, bien porque haya otras actividades que dependan su ejecución. Los controles de estas actividades han de hacerse con rigor y las desviaciones que se detecten las debemos poner en especial vigilancia.
Es imposible que la planificación se cumpla al 100%, de hecho detectarlas a tiempo nos va a permitir una gestión más efectiva de nuestros recursos. Pueden ser un tanto positivas como negativas para la actividad y debemos ser capaces de asignar los del mejor modo.
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