La importancia de la motivación

A la hora de enfrentarnos a cualquier situación es básico que estemos motivados para ello, y es que se trata de uno de los principios básicos para el ser humano. Aquella persona que está motivada podrá hacer aquel desempeño que se le marque con ilusión y sin apatía, mientras que en el caso de que no exista una motivación esa misma tarea será muy pesada y es muy probable que se acabe abandonando.  Dicho en otras palabras podríamos afirmar que la motivación es el motor que nos mueve y activa para hacer cosas.


Si nos remontamos al pasado podemos rescatar una interesante teoría de R.Maslow en la cual afirmaba que la motivación está directamente relacionada con las necesidades humanas, es decir, cuando una persona tiene una necesidad está se convertirá en una motivación para satisfacerla. Sin embargo hay que destacar que el grado de motivación de cada persona no será proporcional al valor del objetivo, sino a la importancia que le de esa misma persona.
Por otra parte cuando hablamos de motivación hay que destacar diferentes tipos. Son los siguientes:
  • Motivación intrínseca: Este caso se da cuando los objetivos que se propone a una persona son tan atractivos que se manifiesta una motivación automática y natural.
  • Motivación extrínseca: Se conoce así cuando además de la motivación intrínseca se le unen otros factores como la actuación con otras personas o la motivación que aparece en función de los resultados.
  • Motivación positiva: Son aquellas razones positivas por las cuales una persona desea lograr una meta u objetivo.
  • Motivación negativa: Aquellos motivos negativos que dificultan y entorpecen la realización de un objetivo propuesto.
Queda claro de esta forma la importancia de la motivación, un principio que puede ser entrenado para la práctica en el día a día y para ello deberemos mejorar la autoestima, autoconfianza, autogestión y realización personal.