La Caza del Jabalí, una parte de la historia humana.

La caza del jabalí ha existido desde hace miles de años, desde el primer intento de matar a estas criaturas, pero en realidad se dio a conocer como deporte en los tiempos medievales, cuando la realeza y los ricos comenzaron a organizar cacerías de jabalíes como una manera de entretenerse, a sí mismos y sus invitados. Con los años, la caza de jabalí no ha perdido un ápice de su atractivo y ahora es tan popular como hace casi quinientos años.

Una posible explicación sobre esta tradición muy arraigada en España, podría radicar en el hecho de que el jabalí es un oponente formidable y que no es fácil de ser abatido. La caza del jabalí no es un deporte para cualquier persona, ni para los cazadores en solitario, ya que este animal puede llegar a ser una presa espectacular, que nunca se rinde sin luchar. A pesar de su naturaleza agresiva, este suele ser un animal tranquilo si no se le amenaza y casi nunca ataca deliberadamente a los seres humanos. La única situación en la que se aconseja permanecer lo más lejos posible, es cuando tiene lechones, ya que va hacer todo lo posible por proteger a sus crías de cualquier peligro.

La caza del jabalí consiste en atraer a estas criaturas hacia un grupo de cazadores, que se encuentran apostados en un punto exacto. Para ello es necesario contar con un grupo de perseguidores con perros, que ahuyenten o dirijan a los animales hacia la posición de los cazadores, sin la ayuda de estas cuadrillas de personas y perros, el deporte de caza del jabalí sería muy complicada.

Elegir el lugar más adecuado para colocarse, es la mayor responsabilidad de un cazador, además debe tener en cuenta una serie de factores, como la altura, la visibilidad, la dirección del viento y la comunicación con el grupo perseguidor. Es aquí donde la pericia y la experiencia de un buen cazador marca la diferencia para el éxito de la batida y poder cobrar una pieza.