La base de todo buen negocio reside en tener de antemano unas buenas instalaciones comerciales a través de las que desarrollar un buen proyecto con un producto clave. Cuando no todas estas variables se tienen, hay que saber explotar las que sí que tenemos al máximo y añadir determinadas particularidades que compensen la carencia de otras para una mejor evolución de nuestro negocio. Por otra parte, si las instalaciones comerciales que tenemos son antiguas o están algo estancadas y poco evolucionadas hacia los cambios tecnológicos y el avance del mercado, siempre podemos contar con una empresa para crear unas reformas que nos vuelvan a poner como líderes y volvamos a recuperar la clientela perdida.
Lo importante es que el cliente se sienta cómodo y reflejado en nuestro negocio, desde las instalaciones mismas hasta el último detalle, ya sea en estanterías o decoración, el cliente se vea participe para así poder fidelizarle y mantener una clientela fija, al mismo tiempo que por otra parte, intentamos a través de campañas de marketing, captar nuevos clientes pero siempre dando el mejor trato y servicio ya que es una forma de desmarcarnos de la competencia brutal que a día de hoy existe en todos los sectores del mercado.