Fiestas sorpresa

La semana pasada era el cumpleaños de una de mis mejores amigas, Helena. Cumplía 25 años, un cuarto de siglo, por lo que todo el grupo de amigas decidimos organizarle la mejor fiesta de su vida y de la cual ella no sabía nada. Era la primera fiesta sorpresa que le daban, por lo que había que estar por la tarde.

El sábado por la tarde quedamos todas en mi casa para arreglarnos y dirigirnos a la suya. Cuando nos abrió la puerta y nos vio a todas, se quedó alucinada. Le dijimos que se pusiese su mejor vestido porque iba a ser una noche inolvidable. Le ayudamos a arreglarse, le cantamos el cumpleaños feliz… Finalmente, cuando estuvo prepara, fuimos al restaurante. Elegimos para la ocasión un restaurante italiano que hay en Fuenlabrada y que a todas nos encanta. Como conocemos al dueño, le convencimos de que nos hiciera para la ocasión un tiramisú como poste ya que en Italia es tradición celebrar los cumpleaños con tiramisú. Helena se quedó con la boca abierta cuando apagaron las luces y todos comenzamos a cantar el cumpleaños feliz. Creo que hasta lloró…

Pues bien, después del restaurante llegó el momento de la gran fiesta. Nos dirigimos a la discoteca donde habíamos contratado un reservado y en el que estaban todos nuestros amigos. Cuando nos vieron llegar, empezaron todos a cantar el cumpleaños feliz y a abrazarla, darle los regalos… Helena no paraba de darnos las gracias por haber organizado el mejor cumpleaños de su vida. Y la verdad es que tenía razón, creo que fue la mejor fiesta de cumpleaños a la que he ido nunca. Estuvimos todos juntos bailando, bebiendo, cantando… Se pasó la noche volando y llegó el momento de volver a casa. Eso fue lo más difícil de todo, encontrar un taxi en Fuenlabrada a las 6 de la mañana. Creo que tardamos más de media hora en encontrar dos taxis… Pero lo conseguimos y llevamos a la cumpleañera a casa, donde una vez más nos volvió a dar las gracias. Después, una a una fuimos llegando a casa felices de que todo hubiera salido tan bien.