La crecida de gasolineras que están fuera de los grandes operadores de servicio ha producido una baja en el valor del diésel y, a su vez, amortiguar los ascensos que ha experimentado la gasolina de 95 octanos en el último año.
Cada día aumentan los surtidores de empresas autónomas, cuyas ofertas están más lejos de las marcas con mayor presencia en todas las entidades. Solamente durante el año pasado, el Ministerio de Industria autorizó la apertura de 358 gasolineras, de las que aproximadamente un 80% -unas 285- eran independientes.
El hecho de que cada día converjan más estaciones de servicio deriva luego de que se admitiera la modificación de la Ley de Hidrocarburos, con la que se puso límite a la expansión de los operadores dominantes. Esta nueva norma establece que un mismo grupo no puede tener más de un 30% de la cuota de mercado en cada provincia.
A la fecha se han incorporado 915 gasolineras a la red. Aproximadamente 300 se unieron en 2014 y otras 260 en el año 2013. Y siempre con el mismo denominador común: ocho de cada diez de esas estaciones de servicio no pertenecía a las marcas históricas.
La aparición de los proveedores externos, que incluso están en las pequeñas estaciones de los centros comerciales está realizando una marcada competencia a las más grandes cadenas de distribución del diesel. Lo cierto es que los más beneficiados han sido los usuarios quienes han sacado provecho de la rivalidad y han “echado mano” de la baja en los precios.
La caída en el valor del diesel registradas en las ‘low-cost’ en el último año han llegado a duplicar la media de lo que lo ha hecho el conjunto del sector.
Entre el primer y último trimestre del 2016 el costo del litro de gasóleo se redujo, de media un 1,02% en las 10.792 estaciones de servicio en las que destaca la Península, las islas, Ceuta y Melilla, esto según el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Lo hizo desde los 1,08 hasta los 1,06 euros.