Al organizar un evento de cualquier tipo, lo primero que hay que hacer es elegir la ubicación en la que se va a llevar a cabo. Suponiendo que el evento requiera la asistencia de un gran número de personas (entre 20 y 100 personas, pudiendo aumentar esta cifra dependiendo del presupuesto del que se disponga) lo ideal sería realizarlo en un lugar apartado que no requiera la contratación de un edificio para eventos, ya que ello supondría un importante gasto de dinero que se puede evitar gracias a las carpas fijas y las carpas eventuales.
Primero hay que analizar las carpas fijas. Se trata de un tipo de carpas que se instala una única vez para siempre. El montaje de estas carpas requiere una instalación mucho más profesional dado que se supone que está destinada a seguir en el mismo emplazamiento por bastante tiempo. Este tipo de carpas están principalmente destinadas a construcciones que no tengan nada que ver con los eventos. Por ejemplo, una fábrica de reciente construcción que requiera comenzar a funcionar cuanto antes puede recurrir a las carpas fijas para evitar meterse en reformas que conlleven la construcción de un techo rígido.
Por otra parte, las carpas eventuales -como bien indica su propio nombre- están destinadas a los eventos. Son carpas que se instalan y retiran con relativa facilidad, y si se deja este trabajo en manos de profesionales, lo único de lo que uno se tiene que preocupar es de organizar un evento exitoso sin tener en cuenta estos detalles relacionados con la infraestructura. Dichas carpas se pueden utilizar para la celebración de bodas, presentaciones de diferentes productos ante clientes o ante posibles inversores, eventos promocionales orientados a publicitar a alguna empresa, etcétera. La lista de aplicaciones es mucho más extensa que en el caso de las carpas fijas, por lo que este segundo tipo de carpas resulta más práctico para muchas cosas relacionadas con la organización de eventos.