En los países europeos donde hace mucho frío por el invierno, tener una caldera para calefacción es prácticamente una necesidad, pero con esta vienen muchas responsabilidades. Por lo general las calderas de calefacción son hechas a gas y este gas solo puede ser distribuido por empresas especializadas y clasificadas, tanto públicas como privadas. Y dentro de las responsabilidades que conlleva tener una caldera para la calefacción encontramos un reglamento de la empresa distribuidora de Gas Natural que obliga a todas aquellas personas que tengan una caldera, a hacerle una revisión cada dos años, antes de hacía de manera anual, sin embargo en la actualidad solo basta con revisiones cada dos años y en el caso de los aparatos de aire acondicionado que deben ser revisados por lo general se revisan cada cuatro años.
Todos los años el distribuidor de gas y las grandes compañías de gas solían revisar todos los años y te incluían el costo de los servicios de mantenimiento más la revisión más reparaciones que tuviesen que hacerse y todo esto costaba una suma de euros significable.
Porque usted era total responsable de hacer una revisión obligatoria, este era el argumento más frecuente para sacarte dinero. Y también era una técnica que les servía a los fabricantes de venderte sus nuevos productos y sus servicios para mantener las calderas y la revisión como garantía.
En estos últimos años se modificó el reglamento. Ahora las calderas que son murales y a gas se deben revisar cada dos años. Aquellos calentadores específicamente solo para el agua que tengan una potencia menor a los 24 kW deben ser revisados y aplicársele mantenimiento cada cinco años.
A otros tipos de calderas como las calderas de gasóleo se deben mantener y revisar por lo mes una vez en el año.
Ahora los aire condicionados todos los tipos cada cuatro años.
Pero este nuevo reglamento impuso una nueva normativa en la cual le concedían a todos los fabricantes de calderas estar en la capacidad de poner fijo sus operaciones y el tiempo en el cual deben darse las revisiones, y estas deben ser especificadas en los Manuales de los productos. Por lo general esos manuales piden que las revisiones se realicen todos los años, pero no explica ni da detalle como esta propuesta de mantenimiento debe darse.
Pero esta especificación en el nuevo reglamento suma una contradicción al mismo, ya la norma era que debían ser revisadas las calderas cada dos años como mínimo.
Los fabricantes quieren seguir vendiendo a los usuarios sus servicios de mantenimiento porque es lo que le conviene, por esto está letra chica los favorece.
Y al dejar esta recomendación en sus manos evidentemente los manuales dirán que se deben pagar servicios de revisiones por lo menos una vez al año o incluso cada seis meses, es decir, pagar su servicio de mantenimiento de calderas dos veces al año.
En realidad lo que te interesa al usuario o al consumidor es ahorrar dinero, no tener tantos gastos en los servicios del hogar. Pero tener que hacer revisiones una o dos veces en el año es un gran gasto para muchas personas, ya que no solo se incluye la revisión, sino el mantenimiento, los gastos corporativos y si existen defectos los gastos serán mayores porque ahora tendrán un problema que solucionar. Todo esto suma un gran coste cuando ya de por sí la caldera de calefacción es un aparato que tiene un precio elevado sin contar lo que gasta en electricidad y gas, y cuando caemos en cuenta terminamos pagando una cifra millonaria por un producto y servicio que son necesarios para nuestra vida.
Foto de Ecoforest