Muchos piensan que el marketing es publicidad y la publicidad es marketing por lo que ambos términos se confunden ampliamente. Esta confusión se agrava porque los significados de ambos siguen evolucionando, sobre todo desde su gran aceptación en Internet. En primer lugar es importante tener en cuenta que el marketing refleja las dimensiones, cada vez mayores, por las cuales las organizaciones se comprometan con sus mercados. Es realmente fascinante y muy significativo ver cómo las definiciones de comercialización-marketing han cambiado con el tiempo.
La comercialización ha sido tradicionalmente conocida como «la venta de productos». Este marketing ha necesitado medios para identificar, diseñar y comunicar las ofertas a los clientes. Hoy en día sin embargo, sabemos que los clientes toman decisiones a la hora de comprar muchos productos y servicios haciendo referencia a factores mucho más amplios que el producto o el servicio en sí, como por ejemplo calidad, disponibilidad y precios. Internet y las redes sociales son factores muy importantes en esto. Por encima de todo, el marketing es un reflejo del mercado, y cómo el mercado compra y se comporta. A medida que el mercado evoluciona en complejidad, también lo hace la manera en que entendemos lo que es el marketing en realidad y lo que significa llevar a cabo la comercialización. Hoy en día el marketing utiliza la publicidad para poder conseguir sus propósitos, la diferencia entre los dos es clara. Muchos clientes no van a comprar a un proveedor cuyo nombre se considera que es poco ético, codicioso, o excesivamente motivada por los beneficios. Estos temas son por lo tanto, ahora inevitablemente parte de la comercialización, y el marketing debe jugar un papel muy importante para conseguir que dicho vendedor consiga obtener los clientes necesarios para mantenerse a flote. Sí, publicidad y marketing están íntimamente relacionados, por no decir, que forman un matrimonio perfecto pero, nunca debemos olvidarnos de que son cosas diferentes.