Los métodos de propulsión son la forma que tienen los automóviles de poder moverse por sí solos, ya que funcionan mediante un sistema que los dota de energía para avanzar.
Con el paso de los años, el método de combustión no ha sido el más rentable, puesto que, además de los gastos semanales, la contaminación y el peligro que representa para la salud es muy alto.
Por esta razón, investigadores se han centrado en idear un nuevo método de propulsión que sea más amigable con el ambiente, lo que da nacimiento a la propulsión eléctrica.
Este, a pesar de ser un método de propulsión bastante moderno, y muy poco dañino para el ambiente, presenta algunas cuantas desventajas, por lo que no es un sistema del todo perfecto.
La portabilidad de energía
Aunque se trata de un sistema bien diseñado para el ahorro de los recursos naturales, la energía que proporciona una batería no es comparada a la que suministra la gasolina o el diésel.
Esto ocurre porque lo que pueden rendir seis kilogramos de diésel, tienen un equivalente a doscientos kilogramos de baterías, por lo tanto, se necesitaría más de una para poder trazar el mismo camino que con los 6kg.
Y no se trata solo de que se necesiten baterías adicionales para poder rendir la energía, sino que mientras más baterías se incorporen al sistema, menos ligero resulta el vehículo por lo que hay que incorporar aún más.
Por lo tanto, el rendimiento que tiene un sistema de combustión a uno eléctrico no es ni en lo más remoto, similar. Sin embargo, se han planteado varias soluciones que, hasta la actualidad, no se han materializado.
¿Cómo solucionar la portabilidad de energía?
Aunque aún este tema resulta en un planteamiento hipotético, se están tomando medidas para implementarlas, debido a que el objetivo de estos vehículos es hacer que el mundo esté menos contaminado.
Una de las soluciones que se plantean para este problema es la creación de una red de carga, la única desventaja que presenta este sistema es el tiempo que tardía en reponer la carga de la batería, ya que es un estimado de horas.
Este sistema no sería tan rentable, ya que, para largos recorridos, tendrían que disponer de muchas horas para reponer la energía, cosa que solo toma unos minutos con el llenado de un tanque de gasolina o diésel.
Otra de las opciones que se plantean para solucionar la portabilidad de energía es inventar una batería que pueda soportar más carga, esto es un invento casi imposible, ya que la química no es algo que se pueda manejar a conveniencia.
Por los momentos, la solución que se ha implementado es la hibridación de los motores eléctricos con los de combustión, para que el problema de la energía no recaiga en un solo sistema.
Duración de las baterías
La duración de las baterías con respecto a la vida funcional de estos equipos es otra desventaja que tienen los vehículos con propulsión eléctrica, puesto que mientras más sea usada, su vida se reduce considerablemente.
No se trata solo del uso de la misma, sino los elevados costos que pueden tener las baterías con el paso de los años, un costo que no es rentable para ningún conductor.
Puesto que lo que se ahorran en años con el uso de la batería, es lo que tendrán que gastar al momento de que esta envejezca y deje de funcionar, incluso, puede costar aún más.
Aunque las industrias automotrices están implementando sistemas de cambio de baterías mensuales con la compra de estos vehículos, sigue siendo menos rentable que la recarga de combustible.
Obtención de la energía
Por último, aunque no menos importante, se ha reprochado los sistemas de propulsión eléctrica debido a los métodos de obtención de esta energía, puesto que los mismos buscan no contaminar, cuando igualmente lo hacen.
En las centrales térmicas, el proceso de la obtención de la energía eléctrica también genera gases contaminantes, lo que concluye que igualmente se hace daño al planeta, solo que en otra zona.
Aunque ciertamente, el daño que genera no es comparado con el de la propulsión por combustión, el pensamiento ecológico de estos métodos se cae por completo.