1. Cuando era un adolescente, Miguel Ángel fue enviado a vivir y estudiar en la casa de Lorenzo de Medici, uno de los señores más importantes de toda Europa. Su mano firme con el cincel y el pincel pronto lo volvieron la envidia de todos sus compañeros. Un rival llamado Pietro Torrigiano se molestó tanto al ver el talento superior de Miguel Ángel (y quizás también por su sagaz lengua) que le dio un fuerte golpe en la nariz, dejándola destrozada y desfigurada permanentemente. «Le di un golpe tan fuerte en la nariz que sentí el hueso y cartílago desmoronarse como galleta debajo de mis nudillos,» Torrigiano se jactó, «y esta marca mía la llevará con él a la tumba.»
2. Al principio de su carrera, Miguel Ángel esculpió una estatua de Cupido en el estilo de los antiguos griegos. Al ver la obra, su patrón Lorenzo di Pierfrancesco de Médici propuso una estafa elaborada. «Si la preparas para que parezca que fue enterrada», dijo Medici, «voy a enviarla a Roma y hacerla pasar por una antigüedad, y lo vendería mucho más cara.» Miguel Ángel estuvo de acuerdo y el Cupido falso fue vendido al cardenal Raffaele Riario bajo la apariencia de ser una maravilla arqueológica recientemente recuperada. Riario luego oyó rumores de la estafa y consiguió recuperar su dinero, pero estaba tan impresionado por la habilidad de Miguel Ángel que lo invitó a Roma para una reunión. El joven escultor pasó a quedarse en Roma los próximos años, llegando a ganar una comisión para tallar la «Piedad», la obra que le hizo un nombre como artista.
3. Miguel Ángel era notoriamente exigente con el mármol que utilizaba para sus esculturas, pero con su famosa estatua de «David», hizo uso de un bloque que otros artistas habían considerado inviable. Conocido como «el gigante», la losa masiva había sido traída casi 40 años antes para hacer una serie de esculturas para la catedral de Florencia. Se había deteriorado y crecido en bruto después de años de exposición a los elementos, y para cuando Miguel Ángel la comenzó a trabajar en 1501, ya llevaba marcas del cincel de un escultor frustrado.
Via: elalmaden.com
