Si a una persona se le da la oportunidad de elegir entre acudir a un taller a pintar su coche o comprar unos topes plásticos para estacionamiento para su aparcamiento es de esperar que su elección obviamente sea la segunda a no ser que se trate de un magnate millonario al que no le importa aparcar sus coches de cualquier manera ya que dispone de aparcamientos infinitos en los que cabe hasta un camión.
Por desgracia el resto de los seres mortales tiene que conformarse con unas plazas de aparcamiento que parecen estar diseñadas pensando en coches de juguete o en coches biplaza, ya que en muchas ocasiones aparcar un vehículo en una de esas plazas es un reto que casi que tendría que estar recompensado con un trofeo para aquellos que logren hacerlo sin dañar su vehículo.
La función de los topes para estacionamiento es justamente esa: evitar dañar el coche durante la maniobra de aparcamiento. Gracias a unos topes ubicados en el lugar correcto, el coche se frena en el momento de acercarse al límite del aparcamiento de forma que el conductor sabe que tiene que frenar y que su coche ya está perfectamente aparcado, sin necesidad de bajarse para comprobarlo. Dado el ritmo tan rápido que tiene la sociedad de hoy en día, lo cierto es que viene muy bien tener este tipo de ayudas para tareas tan cotidianas como aparcar el coche en la plaza de garaje.
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