Conociendo a los Neozelandeses

Hay viajeros que hablan de los neozelandeses como “los kiwis”. Esto es debido a que los neozelandeses, se denominan a sí mismos “kiwis”. Son adoradores de la naturaleza, y pasan su tiempo entre la forestación, las playas, con las plantas y los animales. Recordemos que el nombre de “kiwi” procede de una especie de ave que no es alada y es típica de Nueva Zelanda. El kiwi, pese a encontrarse en peligro de extinción, se ha convertido en un símbolo del país.

Nueva Zelanda es una superficie algo mayor que lo que mide la mitad de España. Todo viajero tiene la posibilidad de descubrir y luego disfrutar doradas playas de una arena tan fina como casi transparente. También helados glaciares, desiertos volcánicos, fiordos escarpados, con lagos alpinos y selvas plagadas de helechos, que tienen una altura increíble de, en algunos casos, hasta los 15 metros.

A pesar de todo esto, en el territorio neozelandés no existen especies peligrosas ni venenosas, como serpientes, cocodrilos, pirañas, escorpiones y otras a las que tememos. Raros climas y situaciones se dan en Nueva Zelanda, ya que en el sur hace frío pero el norte es caluroso. Es verano cuando llega la Navidad y el invierno, arriba en el mes de agosto. Por eso, los europeos buscan, a veces en vano encontrarse con la paz entre las estrelladas noches neozelandesas en donde brillan las osas mayor y menor.

Todo “kiwi” (nativo de Nueva Zelanda) si quiere denominarse como tal, posee una autocaravana (jeep o similar) y, al menos, un pequeño barco a motor.

Durante los fines de semana toda la familia viaja hasta las costas o hacia alguno de los lagos enormes que se encuentran en las zonas centrales de las islas, para acampar, pescar o hacer lo que llaman senderismo. Otra de las características de los neozelandeses es que son gente optimista, abierta y hospitalaria.