Conoce un poco acerca de la Plaza San Marcos, Italia

Conoce un poco acerca de la Plaza San Marcos, Italia

Es perfectamente comprensible el emprender un viaje hacia Venecia, pues es un lugar que se reconoce por todo el mundo además de ser famoso, debido a sus calles, desde las cuales se puede navegar en góndolas. Sin embargo, se puede disfrutar de una manera más peculiar, a la Plaza de San Marcos en Italia.
Esta plaza ha sido halagada por muchísimas personas, que muy posiblemente se haya hecho en base a muchísimos comentarios importantes, los cuales han sido propuestos por el mismo Napoleón Bonaparte, el cual la había descrito como el Salón mas elegante en toda Europa. La Plaza de San Marcos vendría a ser un lugar que es muy preferido por los turistas, los cuales desean encontrarse con sitios para descansar, esto se da a la vez que se experimenta una agradable taza de café.
En contraste con las demás plazas que quizá existan en Venecia y en diferentes partes del mundo, la Plaza de San Marcos tiene una característica muy peculiar, pues la misma ofrece paz y tranquilidad, debido a la ausencia de tráfico en los alrededores. Los orígenes de esta plaza datan del siglo IX, que es un momento en el cual el palacio no era más que un recinto, el cual estaba ubicado al frente de una basílica, aunque todo había ya cambiado en el momento en que llego el siglo XII. Esto se dio a razón de que en tal tiempo se había llegado a realizar muchísimos trabajos de ampliación. De esta forma le daba una forma de plaza con un cuadrilátero irregular.
Las medidas que posee esta Plaza son aproximadamente de 80 metros de ancho, con unos 175 metros de largo. Con relación a su historia, se rumorea que en los inicios de esta Plaza, la misma se había construido en base a ladrillos, aunque después de cinco siglos, se había pavimentado. De hecho Andrea Tirali, el arquitecto encargado de ello, había creado una composición geométrica que era bastante completa y genuina, utilizando para estos fines piedras de volcán oscuras, y también otras blancas. Esta conceptualización se había aplicado en la renovación del siglo XIX.