No es menos cierto que cuando hablamos de ‘Universidad Privada’ lo primero que pensamos es en el dinero. Y es que para entrar a estas universidades –no todas– sólo necesitas inscribirte y ya. En muchas de estas universidades privadas no hay que pasar por pruebas ni esperar cupos para una carrera, y por ello, es más fácil entrar que en una pública. No obstante, el prestigio y recorrido académico de las universidades públicas ha ocasionado que la gente se vea reacia de estudiar en una privada –ya sea por factores de dinero, por mala fama o incluso por pensar que el nivel de exigencia es mediocre–. Pero lo cierto es que hoy en día las universidades privadas están al nivel de las universidades públicas. Si piensas que vas a aprobar una materia por pagarle al profesor, recuerda que le estás pagando al profesor y no a la universidad.
Es sencillo juzgar sin tener argumentos válidos. Así que si planeas estudiar en una universidad privada, lo primero que debes verificar es el pensum de tu carrera, porque eso debería ser lo más primordial, ¿cierto? Actualmente las universidades privadas ofrecen una diversidad de campos para que puedas escoger lo que quieras, además que sus instalaciones cómodas te harán el proceso de aprendizaje mucho más acogedor.
Gracias a los constantes rechazos de los estudiantes por la supuesta ‘compra de las materias’, las universidades privadas son más estrictos a la hora de contratar a un profesor. Y es por eso que la formación universitaria en una universidad privada está a la par con la de la universidad pública. También, el ambiente que ofrece la universidad es mucho más acogedor que el público. Las clases suelen estar con poca gente, lo que permite una mayor interacción con el profesor. Y esto hace la diferencia. La comodidad y la privacidad de las clases. Por supuesto, eso no significa que la privada sea mejor o no que la publica, porque ambas se dedican al mismo fin. Pero ya queda de tu parte elegir cual de las dos se adapta a tus necesidades y requerimientos como estudiante.