Bien es cierto que trabajar con personas no es un hecho fácil, y menos aún si tienes que dirigir un grupo, por lo que, si te gustaría aprender a mantener el equilibrio en los trabajos grupales, debes considerar alguno de los siguientes aspectos:
Líder positivo: Una de las primeras cosas que deben hacerse para crear un buen grupo de trabajo, es escoger un líder positivo que tenga la humildad e aceptar las sugerencias de los subordinados, estar dispuesto a aprender, enseñar y aprender de sus errores.
Un buen líder no debe reprender de forma negativa, tampoco ridiculizar. Sino que se aprovecha de los errores con la finalidad de instar al aprendizaje del equipo, sin necesidad de señalar de forma individual a quien se ha equivocado. Esto evitará que la persona pueda sentirse mal, además de estimularse a mejorar.
Aprende a confiar en el resto y a delegar: En un grupo de trabajo se pueden conocer los de defectos y las cualidades de los demás, esto hace que las tareas puedan delegarse a las personas cuyo perfil esté ajustado en mayor medida a las necesidades que la labor solicita.
Si deseas delegar con suma tranquilidad, tanto las personas con visión de liderazgo, como el líder, deberá aprender a confiar en quienes ya son parte del equipo, debido que, a pesar de requerirse supervisión, cuando se tiene confianza en que los compañeros sabe o que hacen y pueden pedir ayuda de ser necesario, permite que se dedique tiempo a labores más relevantes.
Crea un equipo de trabajo agradable: Lo más probable es que en una compañía conozcamos únicamente el lado profesional de los compañeros, esto puede cerrar las puertas a generar relaciones más profundas. En un grupo de trabajo debe de darse espacio para conocerse más profundamente, y de esta forma entender qué es lo que los demás considera relevante o qué podría afectarles de forma profunda.