¿Calor y humedad? Ahí te va un secretito para las tetinas

 

Cuando nació mi hija vivía en Campeche, después de toda una vida en el seco y templado clima de la Ciudad de México, estar en una ciudad portuaria donde en verano tienes 40°C a la sombra y durante todo el año 90% de humedad, además de tener que compartir la casa con todo tipo de bichos, desde iguanas hasta cucarachas voladoras pasando por lagartijas de varias especies y todas las familias de hormigas puede complicar cualquier tarea…

 

En mi caso la pesadilla fue el lavado de chupones, tetinas y biberones. En primer lugar porque no puedes dejarlos tapados dentro del esterilizador porque tendrás un hermoso cultivo de hongos y bacterias ¡en menos de seis horas!, además no terminan de secarse nunca y si los dejas destapados prepárate para sorprender a toda la fauna nociva pasearse tranquilamente sobre la chupeta favorita de tu peque.

 

En primer lugar tuve que conseguir en Estados Unidos unos biberones que utilizan bolsitas desechables, (no digo la marca), debo confesar que ahora mi hija es una universitaria, así que en aquel entonces no había marcas maravillosas como como las actuales y esta marca era la única que me garantizaba higiene y menos cólicos, por supuesto me costaron una fortuna. Aun así quedaba el problema de la limpieza, tratando de encontrar una solución recordé mis campamentos como niña scout.

 

Compré tela de manta de cielo de algodón, sí esa que se usaba para los pañales y se usa para los trapos de cocina. Hice una bolsa de jareta con un cordón largo lo suficientemente grande para que cupieran los accesorios de mi peque sin quedar amontonados. Coloqué una armella en el techo de la cocina donde circulara el aire de las ventanas. Una vez lavados y esterilizados, puse los biberones, chupones y tetinas dentro de la bolsa y la colgué. Funcionó, en media hora todo estaba seco, limpio y a salvo de bichos.

 

Te sugiero que no te desgastes en buscar un lugar en tu cocina donde guardar estos aditamentos o sus platitos y cucharas una vez que empieza con los sólidos, no importa donde los guardes los bichos llegarán a ellos, lo mejor es guardarlos en la misma bolsa donde los pones a secar, ahí estarán a salvo.