Reciclar. Esta palabra está muy introducida en todo tipo de temas, actividades y costumbres que tienen que ver con el mundo civilizado y tecnológicamente avanzado en el que vivimos. Se habla incluso de reciclarnos a nosotros mismos cuando tenemos que realizar cambios radicales en aspectos como el trabajo o nuestra personalidad. Incluso las autoridades han desarrollado todo tipo de planes de reciclaje para una gran cantidad de asuntos que incluso no tienen nada que ver entre sí.
Por ejemplo, se reciclan los envases metálicos para fabricar con ellos tapacubos, llantas de coche o cuadros de bicicletas, los plásticos tienen una nueva vida en forma de fibras sintéticas con las que se tejen prendas aislantes como forros polares, guantes o gorros. Los vidrios se funden para volver a ser utilizados en botellas, jarrones, envases o artículos decorativos.
Hasta las zapatillas de deporte y los neumáticos tienen su hueco en el mundo del reciclaje, y se pican en trozos muy pequeños para la fabricación del piso de caucho que se instala en parques infantiles, pistas deportivas o como elementos de seguridad como aislantes de golpes en gimnasios y viviendas, así como garajes y todo tipo de elementos que se valen de la elasticidad para protección.
