ALEGORÍA DEL ABANICO

 

Estamos en medio de una ola vintage en la que todo aquello que años atrás quedó obsoleto vuelve. Y lo hace con la fuerza del huracán. Shorts de talle alto, faldas estampadas, zapatos con cordones o turbantes retro se han reinventado y vuelven a ser tendencia. ¿Pero y que fue de aquellos accesorios históricos y de toque romántico como fueron y siguen siendo los abanicos? ¿Porque todo vuelve excepto aquello que de verdad aportaba algo útil como complemento?

El abanico, aquel instrumento que ha sobrevivido al paso del tiempo a lo largo de los siglos y su cultura se ha extendido por todos los continentes, sin hacer ruido. El abanico es un complemento épico, romántico que ha sido parte de indumentarias desde tiempos ancestrales. En la actualidad, podemos encontrar abanicos dentro del mundo del fetichismo y burlesque. Los nuevos y exclusivos diseños están hechos con plumas de colores, sus dimensiones son más grandes que las del abanico estándar y su uso se limita a la intimidad de cada uno. Pero a día de hoy la presencia del abanico dentro de la población joven y moderna es ínfima, por no decir inexistente. Si hacemos un repaso en la historia española hubo unos años en que el abanico llegó a ser también un complemento para los hombres. Todos los intelectuales de la generación del 27 como Alberti, Lorca o Cernuda los portaban siempre en sus tertulias, convirtiéndolos así en un símbolo de intelectualidad y poder de la época.

No debemos olvidar que el abanico no sólo es un complemento cualquiera, es un instrumento diseñado con un fin: refrescar el aire caliente. Las ventajas de dicho uso son infinitas, evita que transpiremos de sobre manera ,es mucho más sano que el aire acondicionado y además no consume más energía que la nuestra propia. ¿Quizás podríamos considerar también el hecho de abanicarse a diario como un ejercicio beneficioso para nuestros músculos? Incluso puede ser una herramienta para ligar. Imagínense que en un día de verano se sientan a tomar una horchata en la Plaza la Reina de Valencia a 40 grados a la sombra y de repente alguien a su lado saca dicho cachivache y le abanica el aire.¿ No sería tal gesto motivo de enamoramiento instantáneo? Señores y señoras, hipsters y neo punks, ecologistas y terratenientes, dejen la vergüenza para los perdedores y pongan un abanico en su vida.