Tres malos hábitos en el canto

Los malos hábitos en el canto se adquieren cuando no se trabajan la voz, con la ayuda de un profesional cualificado. En este artículo señalaremos tres de los malos hábitos en el canto, en un análisis, por ser los más comunes. La finalidad es brindar mayor conocimiento a la hora de realizar esta actividad artística.

Entre los malos hábitos en el canto tenemos:

  1. Tensión en la mandíbula

Este es un problema muy común pero que facilmente pasa por desapercibido, y limita mucho a la hora del canto. La manera más sencilla de detectralo es poniendo atención en la mandíbula mientras se canta frente a un espejo. Si notamos que la mandíbula apenas se mueve o lo hace muy poco, o incluso no se mueve, hay una señal clara de que se está cometiendo ese error.

Depende por lo general del nivel sensitivo del cantante, que se de cuenta que al acabar de cantar siente una molestia y tensión en la mandíbula. Un ejercicio muy práctico para combatirlo es leer, en voz alta, manteniendo la boca abierta, sujetando la mandíbula de manera que no haga fuerza.

  1. Tensión en la raíz de la lengua

El cantante que cae en este mal hábito al cantar se le nota una voz engolada. Además si canta de esa manera durante mucho tiempo, sentirá una molestia muy sospechosa en la raíz de la lengua. Dos ejercicios útiles para combatir este mal hábito son:

  • Leer con la lengua reposando sobre el labio inferior, intentando que se mueva lo mínimo posible.
  • Cantar tocando con la punta de la lengua el labio superior.
  1. Tensión corporal

Es un error terrible en los cantantes, que al momento de cantar tensen todo el cuerpo involuntariamente de manera que si están mucho tiempo cantando acaban muy agotados y con dolores de espalda. Es recomendable que se observen en un espejo mientras practican sus ejercicios o mientras cantan, para que se aseguren de que no están incurriendo en este mal hábito.

Si ocurre que son víctimas de este mal hábito, pueden probar bajando el volumen de su voz. Pues, al cantar en un volumen muy alto, da la sensación que se debe ayudar con el resto del cuerpo. De esta manera, bajar el volumen de la voz puede ayudar a destensar.