La monotonía en las relaciones sexuales es uno de los obstáculos que debe salvar toda pareja que pretenda un futuro feliz. En muchos casos, la falta de intercambio de opiniones, de sinceridad… hacen que la relación se resienta, con consecuencias a veces difíciles de remediar.
Encontrar salida a una relación monótona en lo sexual no es tarea fácil, no se trata de seguir unas indicaciones concretas y dogmáticas, pues cualquier pareja, como cualquier persona, no tiene otra igual en el mundo. Aunque esto no deja de ser maravilloso, también es problemático a la hora de abordar el problema y ofrecer soluciones exitosas.
Sin embargo, sí hay algunas consideraciones que pueden juzgarse comunes; tal es el caso del juego y la variedad en el sexo, utilizando, por ejemplo, ese célebre compendio de saber erótico llamado Kamasutra, libro tan famoso y tan desconocido a la vez.
La variedad y diversión en el sexo son primordiales para superar la monotonía. La variedad, entendida como predisposición a lo nuevo y, también, a explorar nuestro instinto sexual, a veces reprimido, sin temor a malas caras ni incomprensiones por parte de la pareja, necesita alicientes que difícilmente se obtienen sin ayudas exteriores. A veces se precisa que alguien ‘de fuera’ eche una mano con inventos que nunca se hubieran imaginado. Con posiciones, en este caso. Posiciones sexuales para un mejor disfrute de la sexualidad en pareja.
Casi todo el mundo conoce la postura del misionero, una posición en la que los miembros de la pareja se ven la cara, pudiendo mirarse a los ojos. Esto es algo más importante de lo que parece. Nuestros antepasados prehistóricos solían practicar el sexo de una manera parecida a los animales, situándose la hembra a cuatro patas. A partir de la posición del misionero, encontramos variantes tan tentadoras como la de la caracola. En la posición de la caracola, el hombre se halla en la misma postura del misionero, mientras toma las piernas de la mujer para flexionarlas sobre sí, atrayéndola, abandonándose ella a sus movimientos.
En la postura de la yegua es la mujer la que controla la marcha del movimiento. El hombre se encuentra sentado, apoyando los brazos tras la espalda, y ella, de espaldas a él, se sienta sobre su sexo para comenzar una cabalgada que podrá resultar a ambos una experiencia más que placentera.
El Kamasutra, a través de sus 64 posturas y múltiples consejos, ofrece la posibilidad de conocerse mejor a uno mismo y conocer mejor a la pareja, jugar, divertirse… Se trata de un arte en el que participan los sentidos, la confianza, la complicidad y el amor y que, sin duda, puede ayudar a superar la monotonía sexual.