Juventud, fama y dinero, mucho dinero son algunas de las características que podrían definir a Cristiano Ronaldo, incluso aquellas personas a las que no les interesa el fútbol sabría decirnos quién es Cristiano Ronaldo pero el jugador luso es conocido también por sus arranques de celos hacia su más directo rival, Leo Messi, arranques que provienen de su manifiesta inmadurez y una marcada intolerancia a las críticas hacia su persona, lo que no hace sino que le lluevan varapalos de las aficiones rivales vaya donde vaya.
Cristiano no es un personaje simpático, él lo sabe, y lejos de suavizar la imagen proyectada no se desvía un ápice de ese guión al que nos tiene acostumbrados; arrasando por donde pasa, como si el mundo no fuera más que unos tapetes para accesos, narcisista en grado sumo, imagen de las campañas publicitarias más exclusivas, dicen sus más allegados que no es más que una fachada para esquivar la presión mediática a la que se ve sometido, dicen también aquellos que le conocen que en la intimidad se muestra afable, bromista y que ni rastro de esa prepotencia que tanto saca a pasear ante las cámaras, puede que así sea pero lo que si está pero que muy claro es que las comparaciones con Leo Messi acaban por sacar al portugués de sus casillas mostrando en público rabietas de patio de colegio que no hace sino dejar en evidencia su inmadurez, el amigo Florentino debería enviar al chico de visita al psicólogo, seguro que no estaría de más….