No debemos confundir los pisos aislantes con los pisos conductivos si bien en algunas ocasiones podríamos pensar equivocadamente que se trata de funciones similares.
Un piso aislante tiene como función principal evitar que la humedad, la grasa o los productos químicos no se filtren a la superficie que están protegiendo, razón por la que se instalan en talleres y lugares que son sometidos a derrames y hay facilidad de que se produzcan resbalones.
Los pisos conductivos por contra se fabrican para que la electricidad estática se canalice a través de los hilos metálicos conductores de los que está compuesto en su interior y llegue a una toma de tierra, y su uso está muy extendido en zonas sometidas a una gran tensión, como los cables y cuadros eléctricos o lugares en los que se fabrican y montan componentes electrónicos delicados, como los chips de computadoras o los circuitos integrados, en los que la más pequeña chispa producida incluso por la electricidad estática de un simple organismo vivo puede dejarlos inutilizados por completo. Además estos pisos conductivos se usan en todo tipo de quirófanos o salas de rayos x, en los que una chispa podría ser la responsable del mal funcionamiento de equipos muy delicados.