Paseando por Sevilla

Webmaster 27/04/2015

Sevilla tiene fama de ser una ciudad tranquila, con una historia que otras ciudades españolas no tienen. La ciudad no es conocida por la exuberancia de sus zonas abiertas como Madrid, pero tiene una atmósfera especial, que vale la pena experimentar. Tan simple como suena, es cierto que resulta difícil de superar la experiencia de caminar sin rumbo por las calles de Sevilla.

Estas vías y calles del casco antigua son estrechas e interminables, con tienditas, bares, taperías, etc. y que en ocasiones terminan en una plaza majestuosa con una pequeña iglesia o mezquita reconvertida o incluso un podemos terminar en un pequeño parque de un estilo a un oasis.

Algunas plazas están abiertas y resultan amplias, mientras que otras ofrecen poco más que unos pocos bancos para sentarse, una fuente y un puñado de naranjos que proporcionan una bienvenida acogedora bajo el sol español.

Los naranjos de Sevilla son muy conocidos entre los viajeros, estos llenan el aire con el aroma de sus flores, abarcando todas las áreas del centro de la ciudad, proporcionando un placer sensual inesperado.

Además Las naranjas de Sevilla también son conocidas por su sabor único. Los lugareños endulzan esta experiencia con su alegría y su sentido del humor.

Esta es una experiencia que puede ser especialmente agradable, pero que satisface la curiosidad por esta ciudad.

Algunos pueden encontrar que las calles son estrechas y sinuosas en exceso, que puede resultar confuso al principio, pero tenemos que darnos cuenta de que estamos en una ciudad milenaria llena de historia y que poco ha cambiado con el paso del tiempo, bueno si ha cambiado pero en las zonas más nuevas y modernas, pero lo que es el corazón de la ciudad sigue siendo como antaño.

De hecho podemos encontrar verdaderos monumentos para la vista. La Catedral de Santa María de la Sede o la Catedral de Sevilla que es la tercera catedral más grande del mundo, por lo que su tamaño provoca un impacto incluso para los estándares de hoy en día.