La inflación es una de esas cosas con las que se debe lidiar, tanto los que se encargan de la economía, como las personas comunes y los empresarios. La inflación afecta a todas las personas, y por esto, todos deben estar preparados para lo que pueda pasar.
La inflación puede afectar todos los servicios y bienes, incluidos los servicios de tipo financiero. Una de las cosas que más toman en cuenta los bancos, es como la inflación puede afectar la forma en que las personas pagan sus créditos, o visto de otra forma, como puede afectar la recaudación de crédito.
Las cuotas de los créditos se devalúan
Los créditos pueden perder valor con el paso del tiempo, esto se debe a que el valor del dinero puede perder peso con el tiempo, gracias a la inflación, y por ende, el valor de las recaudaciones de dinero va cayendo. Esto es malo, pero no es un sinónimo de crisis dentro del sector bancario, por el contrario, es algo común.
Aunque la inflación consume el valor del crédito, las tasas de interés pueden compensar lo perdido, siempre que el banco mantenga tasas de interés variables, es decir, aquellas que puedan cambiar con el paso del tiempo. De este modo se puede equilibrar el valor de os beneficios.
Las cuotas fijas son un problema
Las cuotas fijas de los créditos personales pueden ser un pequeño problema para esos bancos que están en naciones donde la inflación puede aumentar de manera agresiva. Estos bancos pueden fijar una tasa alta para combatir la inflación del momento, pero si la inflación sigue en aumento, la tasa no será suficiente para combatir la devaluación del crédito.
Estas tasas fijas pueden ser un gran beneficio para los inversores, que ven como su crédito se devalúa, pero no son una buena opción para los bancos.