Seguramente alguna vez has pisado algún campo de fútbol en el que el pasto no es natural, sino que utiliza pasto sintético. Esta clase de pasto es muy común en Europa, y también se puede encontrar en algunos sitios de América Latina.
El pasto sintético ha dado mucho de que hablar a los futbolistas y aficionados al fútbol, puesto que, hasta hace cierto tiempo, no favorecía la manera en la que se juega al fútbol.
Aquellas personas que han jugado al fútbol en campos con pasto sintético se han quejado de que el balón bota poco, que se frena, e incluso que al caerse el pasto causa pequeños roces o quemaduras a los jugadores, algo que no les hacía mucha gracia.
La FIFA sin embargo permite que se utilicen esta clase de pasto en los campos de fútbol profesional, pero los mismos tienen que cumplir una serie de requisitos, cómo por ejemplo que tengan un mínimo de largo los “pelos” del césped. También tienen que favorecer que el balón rebote y que no impida que el mismo se deslice por el pasto. Todos estos pastos sintéticos han de cumplir con los estándares impuestos por la FIFA, y aún con estos estándares, existen 18 fabricantes (que no son pocos) los cuales proporcionan pasto sintético a los campos de fútbol cumpliendo con la normativa.